El nacimiento de Jesús representado en un pesebre de aproximadamente 6 metros cuadrados
Mantener las tradiciones es uno de los objetivos de Beatriz Barreiro Chacay, santanese que tiene su domicilio rodeado de pesebres, uno de los más llamativos es el que tiene en la parte alta de su domicilio y que ocupa el 50% de la sala, ahí se implanto una ciudad, ya que se puede observar cada detalle, desde el herrero, el leñador, las samaritanas, mercados, fuentes de agua, corrales con diferentes tipos de animales, casas, calles, y cada elemento de conlleva una ciudad.
El presebre cuenta con más de 300 figuras y su creación requirió de un mes de dedicación, así lo dio a conocer Barreiro, quien además tiene tres pesebres más en diferentes partes de su domicilio, entre ellos uno dedicado al sector donde habita, por eso se encuentra en el portal del domicilio ubicado en la calle Horacio Hidrovo.Dos de los pesebres tienen dedicatorias especiales, a la madre y a la abuela de la señora Beatriz, quien expresa su fe y sus tradiciones a través de estos pesebres, que son apreciados por sus hijos, nietos, amigos y hasta compañeros, desde el 1 de diciembre manteniéndolo en muchas ocasiones hasta el 2 de febrero, cuando se celebran las candelaria. Barreiro dice que le gustaría rescatar los juegos tradicionales, pero que el espacio no le permite, ya que para las rondas necesitan espacios amplios, la santanense recordó varios versos de aquellos que utilizaban para conquistar a sus pretendientes e incluso para rechazarlos. “eres chiquita y bonita, eres como yo te quiero, eres alajita de oro hecha del mejor platero”; “en una mesa te puse una ayorita de cinco, di de una vez si me quieres sino ni andes con tantos brincos”.Barreiro recuerda que en la época de su infancia se disfrutaba de dulces como suspiros, huevos moyos, chicha y otros elementos hechos con productos de la zona.Beatriz Barreiro busca rescatar el verdadero sentido de la navidad pero indica que «es preocupante que los niños de hoy no esperan a Jesús, esperan es a Papa Noel», y es necesario que se inculquen a los niños el verdadero espíritu de la navidad.